Fotos: Pedro Hernández
En tiempo atrás, usar teléfonos móviles era inimaginable, sin embargo con los constantes cambios tecnológicos que vive la sociedad, estos aparatos han logrado incorporase hasta en los salones de clases. ¿Quién debe hacerse cargo de esta situación?, ¿los maestros?, ¿los padres? o ¿los estudiantes?; todos tienen una cuota de responsabilidad para establecer los límites de uso del celular en la escuela.
“Todos mis compañeros ya tienen uno”, “mi papá no vive conmigo y me lo dio para que estemos en contacto”, “mi mamá me dijo que la llame si salgo más temprano”, “tengo que irme solo a casa y avisar cuándo salgo y cuándo llego”, existen miles de razones pero lo cierto es que su hijo tiene un celular.
Sin duda, no es recomendable acercar estos aparatos a los niños desde muy corta edad y mucho menos dejarlos libremente sin alguna restricción. Así como el padre y la madre le enseñan a usar el celular en el hogar, el niño o niña llevará este aprendizaje a la escuela, el cual debe ser adecuado, mientras que el docente deberá investigar los posibles usos que este medio digital abre para la enseñanza, pues padres, madres y maestros deben enseñar al escolar las posibilidades y limitaciones del celular.
Hécbel Giménez, psicóloga, señaló que los padres, madres y representantes muchas veces poseen un ritmo de tu trabajo que les obliga a cambiar sus horarios constantemente, por lo que requieren comunicarse con sus hijos para reorganizar sus tiempos juntos; o tal vez el pequeño tenga alguna enfermedad y requiera estar en contacto con el médico de la familia. En realidad existen muchas ventajas pero como en todos los casos también ciertas desventajas.
Orientar, recomendar y establecer acuerdos o reglas, son las acciones que debe ejecutar el representante previo a otorgar un celular al niño o niña, el cual debe entender la confianza, comunicación y sacrificio que se ha realizado para adquirir el teléfono móvil, esperando obtener como respuesta la obediencia, por otra parte del infante o preadolescente.
“Es necesario manejar una tonalidad, en el timbre de la voz, acorde a las indicaciones a ser dadas, para evitar signos de rebeldía en el niño o adolescente, lo que garantizará resultados gratificantes. Cabe destacar que esta secuencia de acción puede ser aplicable a otros ámbitos”, puntualizó Giménez.
Reglas de uso
Puede que el niño, niña o adolescente lo haya pedido con insistencia o que otros padres se lo recomendaran, pero antes de tomar una decisión, es preferible evaluar su utilidad e impacto para el padre y la madre, así como para el hijo.
La edad adecuada para empezar a usar un teléfono móvil – dijo Giménez – es a partir de los 12 años, de igual forma opinan un grupo de docentes y madres, quienes afirman que el celular es una herramienta de gran utilidad pero estableciendo reglas de uso.
Primero: El momento y lugar oportuno. Interrumpir o jugar en medio de clases son actos que los estudiantes realizan cuando no se les ha establecido las reglas, específicamente dónde y cuándo usar el teléfono sin faltar el respeto a los demás.
Segundo: Establecer su utilización para fines éticos. Es necesario explicar al preadolescente el uso adecuado que debe dar al celular, de lo contrario algunos podrían aprovecharlo para copiar o usar la calculadora en exámenes, acto que serían contraproducentes en el proceso de aprendizaje del estudiante.
Tercero: Entregarle el celular al preadolescente sólo cuando se considera que es lo suficientemente maduro, para hacer un uso responsable del mismo. El celular puede ser un premio como resultado de una culminación sobresaliente de su primaria, símbolo de que ya es un niño o niña más grande y con mayores responsabilidades.
Alerta de riesgo
Todo padre, madre o representante debe preguntarse ¿enseñé a mi hijo a controlar el dinero o el costo de las llamadas?, ¿le enseñé a no dar información sobre la familia en un medio de transporte público?, ¿le enseñé a que hay horarios en que las familias duermen, por lo tanto no se puede llamar al amigo? y ¿le enseñé a poner en llamadas rápidas los números de emergencia?.
“Los teléfonos celulares representan un alto riesgo para los preadolescentes cuando los utilizan en la calle, pues pierden la atención en el tráfico y pueden ser víctimas de accidentes. Los padres, madres y representantes deben alertar a sus hijos para que no conversen, por su teléfono móvil, mientras cruzan las calles”, enfatizó Giménez.
Estudios realizados por expertos norteamericanos confirman que los niños o niñas menores de 12 años de edad no tienen un desarrollo suficiente para concentrarse en la calle, lo que denominan “multitareas”; se distraen y se exponen a situaciones de alto riesgo constantemente. Los menores pueden ser fácilmente impactados por un auto o quedar implicados en accidentes, advirtieron los especialistas.
“Creemos que es muy importante que los padres sean concientes del peligro potencial que significa para sus hijos hablar con un celular mientras cruzan una calle, o caminan por una zona de tráfico”,
Representantes opinan
Katty Escalona, madre y docente, expresó que el uso del celular permite controlar o supervisar al niño sin estar presente físicamente. “Te brinda una cierta seguridad, cercanía y tranquilidad en el tiempo que te distancias del niño por razones laborales”, indicó.
De igual forma aclaró que es imprescindible brindar una orientación al niño, niña o adolescente sobre la utilización del aparato tecnológico, con el propósito de que realice un correcto uso del teléfono móvil. En el área educativa, considera que el celular es una herramienta tecnológica potencial, que puede ser estratégicamente usada por el docente en el proceso de aprendizaje.
“Los estudiantes en el envío de mensajes de textos suelen realizar abreviaciones propias de ciertas palabras, lo que distorsiona la gramática y escritura del alumno, pero pedir que el niño presente evaluaciones con ponderación cualitativa, mediante mensajes de texto, permitiría emplear las TIC, captar la atención del niño y hacer de aplicación rutinaria el ejercicio para una buena gramática, rompiendo paradigmas en el proceso de aprendizaje”, enfatizó Escalona.
Por su parte, Yoelika Rangel expresó que toda madre se preocupa por su hijo y la posibilidad de estar en contacto con él, en momentos específicos, brinda tranquilidad y seguridad. “Saber si el trasporte lo dejó, se lesionó en la escuela, una situación desfavorable o de conflicto que le impide salir, entre otros casos, hacen del teléfono móvil una necesidad”, destacó.
Agregó, “lo importante es orientar al niño en el buen uso del celular, la responsabilidad que deberá asumir y el compromiso que tendrá adquirir. Por mi parte quedará la responsabilidad de supervisar y vigilar que le de un correcto uso, por lo que es conveniente revisar su teléfono sin que lo tome como invasión a su privacidad, sobre todo en el caso de un adolescente”, puntualizó Rangel.
Ventajas
- Comunicación inmediata y en dos vías (mensaje de texto y llamada)
- Mayor seguridad del niño al estar en contacto permanente
- Desarrollo de responsabilidad y sentido de cuidado con los objetos personales
- Dominio en el uso de la tecnología y medios de comunicación
Desventajas
- Motivo de distracción
- Foco de posible de robos (causante de estrés y ansiedad)
- Menor sociabilidad (menor convivencia personal)
- Discriminación por el tipo de celular que se tiene
- Compulsión por las aplicaciones y los juegos
GRACIAS BUENA INFORMACION
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