Fotos: Pedro Hernández
El interés del niño y niña por permanecer, durante el tiempo de ocio, en juegos computarizados, hace que olvide la práctica de juegos que se derivan de actividades propias de la zona, donde se refleja las costumbres y tradiciones de la localidad, relacionado con las épocas del año, y que les permite un mayor rendimiento en el desarrollo de hábitos y habilidades en sus actividades cotidianas.
Con el transcurrir del tiempo se han trasformado, por las variaciones socio cultural del entorno, los juegos, deportes populares y tradicionales, siendo el desarrollo cultural, económico y social lo que ha propiciado el abandono de estos. Así mismo, los adultos han disminuido el tiempo empleado en juegos de mesa, aumentado el número de familias que han creado una dependencia a los medios audiovisuales computarizados.
Expertos de la psicología opinan que cada vez son más los casos de niños y niñas que padecen de bipolaridad, un trastorno que afecta la habilidad para ser funcional en las actividades de cada día, esto, en cierta medida, obedece a la ausencia de actividades que desarrollen la parte física y motora del infante, como juegos tradicionales, deportes y didácticos.
Mariana Cantillo, orientadora, manifestó que deben emplearse estrategias de recuperación de los juegos tradicionales, las cuales deben ser utilizadas por los padres, madres y representantes, en espacios compartidos con los niños y niñas. Es necesario evaluar las debilidades y potencialidades del infante, para saber que juegos propiciar que permitan desarrollar lo positivo y disminuir lo negativo, de su conducta.
“No cabe duda que los medios audiovisuales, representan un medio fácil para distraer al infante, sin embargo genera funciones poco sociales o individualizadas, por otra parte lo positivo sería el desarrollo de retentiva, asimilación, atención y otras habilidades motoras, sólo que debe contar con el acompañamiento y supervisión de los adultos”, indicó Cantillo.
Las estrategias de recuperación de los juegos tradicionales, requiere una observación directa para determinar las habilidades y destrezas del niño y niña, lo que permitirá seleccionar el juego; tiempo para la elaboración del material a utilizar en su ejecución; creatividad, dinamismo e imaginación; e involucrarse con el infante en el desarrollo del juego.
“Los padres, madres y representantes deben tomar conciencia, en la importancia del acompañamiento y supervisión de las actividades que ejecuta el infante; mantener en el hogar juegos didácticos, libros acordes al interés del infante y material para trabajos manuales (colores, hojas, plastilina, etc.); así como dedicar tiempo para jugar con los hijos”, enfatizó.
Los niños y niñas más afectados son los hijos únicos, quienes por las actividades laborales del padre y la madre, invierten horas de ocio en medios audiovisuales como televisor, computadora y juego de video portátil. La mayoría de los juegos tradicionales son desarrollados en grupos o requieren condiciones específicas del lugar de juego, por lo que al encontrarse el infante solo, el aburrimiento es mayor.
“La estrategia más idónea sería que el padre, madre o representante, emplee el fin de semana para enseñar al infante diversos juegos o actividades recreativas, de práctica individual, y durante la semana disponga de 15 o 20 minutos para asignar tareas o retos de juego, que desarrolle durante su ausencia, lo que permitirá crea un hábito de juego en poco tiempo”, destacó Cantillo.
Por su parte, Ana María Fernández, educadora, comentó que existen espacios para desarrollar ambas actividades (tradicionales y tecnológicas) las cuales brindan beneficios al infante, son los padres, madres y representantes, quienes deben establecer y hacer respetar los horarios de estudio y momentos de ocio.
“El niño y niña necesita actividades que le permitan desarrollar, además de las habilidades motoras, las habilidades físicas. Algunos padres, madres y representantes prefieran distraer al infante con los aparatos audiovisuales, pues ellos no requieren que su hijo este fuera de la casa, brinda seguridad física y lo puede hacer solo; sin embargo no es lo ideal pues el niño y niña, requiere socializar, aprender de sus errores y desarrollar otras habilidades”, expuso Fernández.
Stop, paralizado, pise, metra, volar papagayo, la vieja, la cuerda, el escondite, perinola, trompo, la ere, chapita, pelotita de goma, cuenta cuento y juegos de mesa como ludo, bingo, monopolio, reto al conocimiento, damas, ajedrez, la gallina y el zorro, memoria y cartas, son algunos de los juegos más populares que, generación tras generación, aún se escuchan por los rincones de las calles yaracuyanas.
“Retomar estos y otros juegos, tal vez replantearlos con ciertas variantes, permitirá rescatar valores, costumbres y la sana recreación, en nuestra nueva generación. Cada vez los educadores, padres, madres y representantes, deben generar nuevas estrategias de aprendizaje, así como activar la creatividad para estar a la par con el educando y lograr obtener su atención”, indicó Fernández.
Los pequeños de la casa exigen la presencia de dos o más participantes, para acceder a jugar, además de que debe ser algo divertido, tener niveles de alto y bajo impacto físico o ser de gran interés; por lo que se invita a los padres, madres y representantes, a recordar su niñez y activar la creatividad, con plena conciencia de que deben dedicarle tiempo exclusivo a sus hijos.
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